El Día de la Marmota
¿Te ha pasado alguna vez de trabajar en una empresa que padece de amnesia organizacional?
Cada 2 de Febrero se celebra el día de la marmota en algunas regiones de Estados Unidos y Canadá.
Un ritual bastante peculiar en el que un grupo de personas se junta y observa el comportamiento de una marmota al salir de su madriguera luego de haber pasado el invierno.
Según la creencia popular, si es un día nublado la marmota no verá su sombra y esto hará que abandone su hogar, indicando que el invierno terminará pronto.
En cambio si viera su sombra dado que el día está soleado, entonces volverá a su madriguera, indicando que el invierno durará unas seis semanas más.
Me resultó un dato curioso que descubrí mientras buscaba información sobre la famosa película con el mismo nombre —en inglés era Groundhog Day— protagonizada por Bill Murray.
Quería averiguar la relación entre este famoso evento y el bucle temporal en el que se encontraba atrapado el protagonista de la historia.
Imagino que ya conoces el plot de este clásico —otro dato curioso es que al parecer en España la llamaron Atrapado en el tiempo, ¿me podrá confirmar alguna persona española?
Por si no la conoces, y aprovechando el supuesto título español que expone la trama literalmente, te cuento que Bill Murray despierta cada día en el mismo día, 2 de Febrero, y vive los mismos sucesos una y otra vez.
Sin importar lo que resultara de sus interacciones con otras personas y el mundo exterior en general, al comenzar el siguiente día el personaje amanece en su cama y lo primero que hace es verificar que es la misma hora y mismo día que el día anterior, y el anterior, y el anterior…
Te preguntarás qué me motivó volver a repasar y recordar este clásico del cine de los 90.
Básicamente encontrar una metáfora amena, y bien conocida, que me ayudara a expresar y comunicar una conducta que repetidamente veo convertirse en un patrón empresarial.
Observaciones que tranquilamente podría resumir como Amnesia organizacional, que más allá de olvidos individuales, que pueden ocurrirles a cualquiera, escalan y se instalan en la cultura y forman parte de nuestro día a día como práctica habitual.
En este caso me refiero a una cultura que no sólo produce este comportamiento del día de la marmota sino que lo sostiene como práctica naturalizada y sin ánimos de proponer algún tipo de mejoría.
Quizás te haya ocurrido también, que al comenzar el día laboral pareciera un nuevo 2 de Febrero: desde la primera interacción con otras personas observas que conversaciones, decisiones y acuerdos hechos días atrás ya no existen más.
Como si en esa organización las personas se hubieran reseteado y comenzado con la memoria en blanco, y si bien sabemos que para nosotros es un día nuevo, el resto parecieran haber quedado atrapados en el tiempo.
Muchas veces hasta dudo de mi mismo, reviso mis notas, valido lo que habíamos acordado hacer, repaso fechas, las decisiones que tomamos, pregunto si esos acuerdos siguen vigentes, y lo que recibo como respuesta son expresiones de asombro, duda, y hasta de rechazo.
Si te animas, te invito a acompañarme en una experiencia inmersiva, a modo de ejemplo, a través de un diálogo que he tenido hace unos días —que intentaré parafrasear tal y cuál lo he escuchado y vivido.
—Tu me debes algo —expresó una manager con una sonrisa algo nerviosa.
—¿Qué te debo? —respondí intuyendo por dónde venía la cosa.
—No lo sé, pero tengo la sensación de que algo te había pedido —soltó así sin más y agregó —¿te he pedido algo?
—Si, me has pedido varias cosas pero creo estar al día con todo lo que debía entregarte. ¿Qué recuerdas? así lo pensamos juntos —percibiendo otro 2 de Febrero.
—Ay no sé, es una sensación que tengo ¿podrás revisar si te he mandado algún mail estas semanas? creo que podría ser algo sobre un proceso. —lanzó un nuevo pedido como si nada.
—Ahora que mencionas la palabra proceso, recuerdo que el último que armé lo he compartido contigo por email hará unos 2 meses. En ese correo también te pedía feedback ¿lo has recibido? —pregunté por cordialidad aunque daba por hecho que lo hubiese recibido.
—Ah, puede ser. ¿Me podrás reenviar ese correo así lo miro en estos días?
—Si, ya mismo y también te adjunto la presentación que hice hace 2 semanas a todo el equipo de managers, tu estabas ahí, ¿recuerdas? —intuía su respuesta también.
La recursiva conversación habrá durado unos 10 minutos y concluyó con mi compromiso de volver a enviarle ese correo seguido de mi chequeo, a la semana siguiente, de su correcta recepción.
— "Uy, olvidé mirarmelo" —respondió sin parecer generarle ningún remordimiento.
Este es tan solo uno de los tantos casos que vivo a diario y que refuerzan esta idea de estar viviendo el día de la marmota una y otra vez.
Como parte de los experimentos —sin éxito— que vengo haciendo hasta ahora se me ha ocurrió compartir esta experiencia contigo y preguntarte si alguna vez te sentiste como Bill Murray despertando cada día el 2 de Febrero, y en caso afirmativo te agradecería enormemente que me compartas cómo lograste salirte de ese loop infinito.
También acepto ideas de experimentos fallidos, al menos para saber que hay otras personas ahí afuera inmersas culturas con total amnesia.
Te mando un abrazote
Maro
PD: por suerte hace un mes descubrí Capacities, que me ayuda a llevar mis notas y hacer seguimiento de mis compromisos de una manera super ordenada.